Un extravagante viaje por California junto a Foucault
Con una cuidada edición de Blackie Books, Simeon Wade firma un libro tan filosófico como lisérgico
Tanto si estás interesado en Michel Foucault como si no te importa nada, este viaje tan filosófico como lisérgico te va a gustar. Imagina el cóctel: desierto de California, noche estrellada, música clásica y la cantidad justa de LSD junto a uno de los filósofos más destacados del pasado siglo. ¿Qué puede salir mal? Si a todo esto le añadimos una edición de lo más cuidada, sello habitual en las producciones de Blackie Books, nos encontramos con un libro muy disfrutable en todos los sentidos.
Simeon Wade es el autor de este Foucault en California, una aventura de amigos junto al filósofo francés, un viaje que le hizo plantearse muchas de sus reflexiones. Para nada nos vamos a encontrar con un libro que teoriza sobre la filosofía del pensador galo. Esta es la crónica de un road tan sorprendente como extravagante.
Con momentos muy divertidos, también nos encontramos con otros que nos invitan a detenernos un poco en el camino y profundizar en nuestro interior para encontrar nuestro punto de vista sobre determinados temas. Pero, insistimos, aunque nos encontremos con diálogos filosóficos, no es exclusivamente el tema que se aborda en este baúl de emociones místicas, confesiones y reflexiones sobre la condición humana. Uno de esos libros que te acaba sorprendiendo totalmente, ya que al iniciar su lectura tienes una idea muy equivocada con respecto a lo que te acabas encontrando en sus páginas.
Así comienza...
Un día de primavera a mediados de los setenta, un colega me llamó para decirme que el inestimable Michel Foucault iba a impartir un seminario en la Universidad de California, en Berkeley. Me puse loco de alegría. Michel Foucault era mi ídolo y por fin surgía una posibilidad de conocerlo. Ya era considerado como uno de los intelectuales franceses más destacados del siglo XX. Para mí, Michel Foucault era nada más y nada menos que el mayor pensador de nuestro tiempo, quizá de todos los tiempos. Compararlo con cualquier otro es como encender una vela a la luz del sol.
Habían pasado nueve años desde que, como estudiante de Historia intelectual en Harvard, había leído la primera gran obra de Foucault, Historia de la locura en la época clásica.