Un canto a la vida y a las canciones de antes en Aquella música tan estupenda
Santiago Iglesias de Paúl ofrece un exquisito repertorio de canciones en un viaje desde el pasado al presente narrado de manera evocadora
Los tiempos cambian y con ellos los gustos literarios, musicales y culturales. Y mientras que la generación actual tiene predilección por un estilo de música y se deja abrazar por los dispositivos digitales, quienes ya tenemos una edad recordamos con nostalgia los tiempos y las canciones de antes. Y, en ese sentido, el libro del que vamos a hablar a continuación es todo un regalo para la memoria, para los recuerdos, para volver atrás en el tiempo gracias a las letras de Santiago Iglesias de Paúl y de Aquella música tan estupenda (Navegantes Oceánicos), la novela en la que nos sumergimos para tararear y bailar esos temas del pasado.
Más de 150 canciones aparecen recopiladas, y con código QR para acceder a los vídeos de YouTube de los éxitos musicales reseñados, durante la narración de la vida de Jose, que nos acompaña en un recorrido por los últimos 64 años de la historia musical, social, cultural y política de este país llamado España.
Los escenarios físicos varían, marchando desde San Fernando (Cádiz) a Piedralaves (Ávila) y pasando por Madrid. Los escenarios musicales nos harán subirnos a cantar junto a Miguel Ríos, Raphael, Juan Luis Guerra, Los Brincos o el Dúo Dinámico, por nombrar solo a algunos de los artistas que aparecen en este libro con tanta música.
Un recorrido por la historia del pop y del rock en España contado de manera por Iglesias de Paúl, un autor nacido en Cádiz en 1961 y que tiene en su particular biblioteca siete novelas escritas de su puño y letra.
Presente y pasado se dan la mano de manera amena en esta narración evocadora, contada con gusto y que ofrece una mirada interesante a la realidad de un país durante las últimas seis décadas. Sin entrar en zonas pantanosas en lo político y con un protagonista muy cercano, Iglesias de Paúl nos ofrece este canto al ayer que va avanzando en capítulos breves a los que, por supuesto, no les falta la música.
