Las novedades de Siruela para celebrar San Jordi
La editorial Siruela también ha realizado su particular selección de obras de cara a la celebración del Día Mundial del Libro este miércoles 23 de abril. Entre las recomendaciones destacamos cuatro títulos, con las reseñas que realiza la citada editorial.
La niña que hacía hablar a las muñecas, Pep Bras.
A comienzos del siglo XX, una fuerte tormenta hace encallar un trasatlántico procedente de Barcelona ante la isla brasileña de Ilhabela, un paraíso casi virgen en el que sus humildes habitantes viven apaciblemente rodeados de una naturaleza exuberante y mitos como el del poderoso jaguar Gápanemé. El joven Joan Bras, que sobrevive casi milagrosamente al naufragio vivirá una apasionada historia de amor con Catarina, la atractiva viuda que ejerce los oficios de doctora en la isla.
Casanova y la mujer sin rostro, de Olivier Barde-Cabuçon.
Con una escritura tan ágil como elegante, Olivier Barde-Cabuçon construye una novela negra histórica que resulta fascinante y crea un personaje de gran originalidad. Ayudado por el libertino Casanova, el comisario de las muertes extrañas penetra en un mundo de intrigas y tramas, de pasiones y excesos, de creencias y crímenes. Un mundo oculto y secreto. Un mundo que no acaba de ser iluminado por la Ilustración.
Eureka, de Mike Goldsmith.
Un libro de la colección infantil y juvenil que narra todo lo que sucedió cuando se hicieron los descubrimientos científicos más asombrosos de todos los tiempos entre ellos: Nicolás Copérnico: Sitúa el Sol en el centro del Sistema Solar. Richard Owen: Va en busca de dinosaurios extinguidos. Louis Pasteur: Crea una vacuna para combatir la rabia. Marie Curie: Es la primera en utilizar la radiactividad. Albert Einstein: Resuelve el enigma del tiempo y el espacio. Georges Lemaître: Explica los orígenes del Universo. Francis Crick Y James Watson: Descodifican el secreto de la vida: el ADN.
El cuarto de las estrellas, de José Antonio Garriga Vela.
Los secretos familiares son la piedra angular de esta novela, Premio Café Gijón 2013, en la que el autor ha conseguido inyectar vida a unos fantasmas tan reales que acaban convenciéndonos de que, quizá, los fantasmas seamos nosotros, de que hemos sido expulsados de una patria a la que acudimos siempre, el pasado, a pesar de que allí solo hay cenizas.