La historia desagradable vivida por un escritor que podrías ser tú

Es una historia que, muy probablemente, hayan experimentado alguna vez quienes escriben libros sin tener detrás el respaldo de una editorial (da igual el tamaño) y sin haber alcanzado aún ese éxito de ventas que te abre las puertas de par en par.

El texto de Rossi empieza explicando que “'El Concurso perdido de Gades' no estará en la Feria del Libro de Conil. Supongo que no le importará a mucha gente, pero lo explico. ¿Me hubiera gustado estar? Sin duda. Me lo han propuesto y me hizo mucha ilusión”.

A continuación, pasa a describir lo acontecido: ”Sin embargo, sólo me han dado una única opción, el domingo a las 9 la noche. Sin alternativa alguna, bueno sí, a las 10 de la noche, porque "está todo cerrado ya". En mi caso me tengo que desplazar, volver, trabajar al día siguiente...”.

Como para muchas personas escribir las cosas es la única forma de soltar una mala experiencia, Luis Rossi, que en todo momento escribe con el máximo respeto, sigue exponiendo lo que considera una falta de respeto : “Entiendo que muchas veces haya que rellenar y por eso a uno lo llaman, lo entiendo y supongo que por eso me han llamado. O porque de un listado de contactos estás colocado en un lugar u otro. Con todo, yo lo agradezco igualmente, pocas veces he dicho que no a este tipo de eventos (salvo por trabajo). Para los que no tenemos una editorial grande, ni chica, detrás, estas cosas se agradecen mucho”.

Llegados a este punto, aclara aquello que no tolera: “Pero que te traten como a un imbécil es lo que no consiento, del "nos encantaría que estés", para luego "es igual no pasa na". Cuando preguntas si hay alternativa y te dicen todo lo que está preparado durante cuatro días y cuatro horas en cada uno de ellos, pero sólo queda ese día y a esas horas". Es decir, que no hay alternativa o lo tomas o lo dejas”.

El periodista y escritor, que cuenta con varias obras muy interesantes, entre las que está el citado libro El concurso perdido de Gades y El chófer de Don Blas, resalta aquello por lo que a personas como él les gusta acudir a este tipo de eventos literararios: “Para los que escribimos y tenemos la suerte de publicar, vender un libro, dos o tres en un acto es lo de menos. Lo de menos tampoco, no nos vamos a engañar, pero lo bonito es poder tener ese contacto con la gente, con las personas que conoces y se acercan, los intercambios con otr@s autor@s, las que te han visto por redes, las que han comprado el libro, las personas que te preguntan por algún detalle o curiosidad del mismo o, simplemente, a las que les ha llamado la atención la portada y quieren saber más”.

”Ese feedback que se produce, esa conversación vale más que cualquier precio que le pongas al beneficio económico que te lleves. Es otra historia. Máxime porque en muchas ocasiones te cuesta el dinero. Pero al menos, que te traten con cariño, que estés bien, que te den opciones si realmente quieren que estés, no una única cita y si no quieres ya sabes. Cuando a uno lo llaman, esto no lo entiendo. Al menos pueden disimular que sólo seas un hueco más para rellenar y que le interesa bien poco lo que has escrito”.

Finalmente, muestra su decepción por quienes han gestionado el asunto, aunque no con la localidad de Conil de la Frontera. “Algunos saben que Conil era destino para presentar el libro, pero que por los motivos que fuera, no había cerrado nada. Por eso esta oportunidad me había hecho ilusión, pero claro, con un frío mensaje de WhatsApp te pueden quitar las ganas fácilmente. No es mi caso, no me las han quitado, pero me he llevado una pequeña decepción con Cultura de Conil y eso que a Conil la Cultura le sobra”.

Y para acabar, una postdata con una sugerencia: “Que tampoco pasa nada en mi caso, pero como sugerencia para un futuro por si lo quieren tener en cuenta en otros casos”.