El peón en el tablero, un retrato de las luces y las sombras del París de los años treinta
Escrita de manera magistral por Irène Némirovsky hace 90 años
Escrita en 1934 y ambientada en un París inmerso en la desoladora crisis económica de aquella década, El peón en el tablero (Salamandra) es una pequeña obra maestra sobre el dinero, la deshonra y el dolor de existir en la que Irène Némirovsky retrata con su característica lucidez la desesperación de un hombre marcado por las adversas circunstancias de la época.
Como muchas personas de su generación, Christophe Bohun carece de ambiciones y esperanzas, e incluso de nostalgia. Es un humilde trabajador de una empresa que su padre, James Bohun, un antiguo magnate del acero y del petróleo, se vio obligado a abandonar en manos de su socio tras un sonado fracaso financiero. Es el esposo de Geneviève, irritantemente perfecta, el amante secreto de una prima que ha estado enamorada de él desde la infancia y, también, el asalariado que sacrifica su tiempo, su salud, su vida y su alma a cambio de un modesto sueldo.
No obstante, al morir su padre, Christophe encuentra en un cajón un sobre lacrado dirigido a él y, en su interior, una lista con los nombres de parlamentarios, periodistas y banqueros a los que el viejo Bohun había salvado del desastre entregándoles grandes sumas poco antes de la Gran Guerra. ¿Podrá este legado ardiente, esta arma que parece guiar a la redención a través del chantaje, sacar a Christophe de su oscuro letargo?
La autora
Nació en Kiev en 1903 en el seno de una familia acaudalada que huyó de la revolución bolchevique para establecerse en París en 1919. Hija única, Irène recibió una educación exquisita, aunque padeció una infancia infeliz y solitaria. Años antes de obtener la licenciatura en Letras por la Sorbona, su precoz carrera literaria se inicia en 1921 con la publicación del texto Nonoche chez l'extralucide en la revista bimensual Fantasio.
Pero su salto a la fama se produce en 1929 con su segunda novela, David Golder, la primera que vio la luz en forma de libro. Fue el inicio de una deslumbrante trayectoria que consagraría a Némirovsky como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia, elogiada por personajes de la talla de Jean Cocteau, Paul Morand, Robert Brasillach y Joseph Kessel.