Cervantes está de vuelta
Aunque hace 400 años que Cervantes se marchó para siempre, su escritura sigue siendo eterna. Y con motivo del cuarto siglo de su fallecimiento son numerosos los homenajes en recuerdo del célebre autor de El Quijote. Un escritor que vivirá para siempre en la literatura y que este año está siendo protagonista de infinidad de ensayos y novelas en torno a su vida y obra.El hidalgo que nunca regresó (Pàmies) es uno de esos libros que tiene como personaje principal la figura de Miguel de Cervantes. Un título muy recomendable para estos días en los que Cervantes sí ha regresado.
"Miguel no sabe qué decir. O tal vez no puede decir nada. Todos sus sueños e poeta, toda su vida, toda su felicidad, se han convertido en cuestión de segundos en un inmenso páramo de barro cuarteado y estéril". Ese Miguel que no sabe qué decir es el joven escritor que se ocultó en una revuelta Barcelona. Carlos Luria es el autor que se encarga de ficcionar lo que pudo ser de la vida de Cervantes en una etapa de la que no hay muchas referencias.
La doble búsqueda de Cervantes es el punto de partida del libro. Por un lado, la búsqueda que inicia un joven catalán por el Madrid de 1615 para encontrar al escritor y, por otra parte, la búsqueda de la memoria, del pasado, de lo que sucedió 40 años atrás cuando el autor de El Quijote decidió quedarse como fugitivo en la Ciudad Condal. Rocamaura, el joven en cuestión, quiere encontrar a Cervantes para entregarle una arqueta que guarda un misterioso secreto.
Contada en tercera persona, con un contexto histórico bien elaborado, nada cargado, con personajes bien definidos y un lenguaje acorde al tiempo narrado, el autor consigue meter al lector en la época y en una trama en la que no faltan ni la acción ni el suspense. El romance también está presente en este thriller histórico. Y todo ello con esa incógnita de no conocer los límites entre la ficción y una realidad sobre la que hay pocos datos ya que no se sabe mucho sobre el paso del universal autor por Barcelona camino de su exilio.
Cervantes camina por la novela con dos perfiles: el joven, atrevido e ingenuo que contrasta con el ya anciano que reflexiona sabiamente sobre la vida y la España de antaño que, a pesar del paso de los siglos, se sigue manteniendo errática en lo social y político.